"Había una vez un arbolito feliz. Entre sus ramas había pichones traviesos que jugaban y piaban todo el día.
El árbol conocía muy bien a todos y los quería, los quería tanto...
Cuando hacía frío los pichones se acurrucaban entre sus hojas y si el sol estaba tibiecito, el árbol, moviendo sus ramas, les hacía dar saltitos invitándolos a jugar.
Pero un día, entre saltito y saltito, los pichones subieron la rama más alta del árbol y vieron un azul hermoso y un bosque lleno de otros árboles que no conocían.
Se dieron cuenta entonces que sus alitas habían crecido lo suficiente como para intentar volar. Un aleteo...y otro más...y por fin el cielo no pareció tan lejano. Uno a uno, los pichones se fueron volando. El árbol los miró partir con orgullo, porque entre sus ramas los había cuidado durante mucho tiempo. Él sabía que en una tarde de lluvia los volvería a ver acurrucándose entre sus ramas, los recordaría siempre a cada uno de sus pichones.
Esa noche el árbol quedó sólo y vacío. A la mañana siguiente no sólo el rocío mojaba sus hojas....nadie se había dado cuenta que había llorado."
El árbol conocía muy bien a todos y los quería, los quería tanto...
Cuando hacía frío los pichones se acurrucaban entre sus hojas y si el sol estaba tibiecito, el árbol, moviendo sus ramas, les hacía dar saltitos invitándolos a jugar.
Pero un día, entre saltito y saltito, los pichones subieron la rama más alta del árbol y vieron un azul hermoso y un bosque lleno de otros árboles que no conocían.
Se dieron cuenta entonces que sus alitas habían crecido lo suficiente como para intentar volar. Un aleteo...y otro más...y por fin el cielo no pareció tan lejano. Uno a uno, los pichones se fueron volando. El árbol los miró partir con orgullo, porque entre sus ramas los había cuidado durante mucho tiempo. Él sabía que en una tarde de lluvia los volvería a ver acurrucándose entre sus ramas, los recordaría siempre a cada uno de sus pichones.
Esa noche el árbol quedó sólo y vacío. A la mañana siguiente no sólo el rocío mojaba sus hojas....nadie se había dado cuenta que había llorado."
Un año más termina. No nos entristece pues hemos logrado lo que nos habíamos propuesto, crecer junto a vosotros. No nos despedimos… algo concluye, sí; pero al igual que en el cuento, dejaremos que nuestros sueños partan hacia el nuevo año y junto a vosotros seguiremos trabajando para que esos sueños se hagan realidad.
¡¡¡ Feliz 2011 !!!
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