Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de Reyes
Chema Heras
Ilustraciones de Kiko Dasilva
Traducción de Chema Heras
Kalandraka, 2000
Ilustraciones de Kiko Dasilva
Traducción de Chema Heras
Kalandraka, 2000
Como el pobre está de los nervios no hay quien le duerma.
Cuando llegó la noche de Reyes, su madre le dijo:
-Matías, hoy tienes que acostarte temprano. Esta noche vienen los Reyes Magos.
-¡No! ¡Yo quiero verlos! -protestó el niño.
- ¿Pero qué dices? ¡Los Reyes no dejan juguetes a los niños que están despiertos! -le advirtió su padre.
- Entonces me voy a la cama ahora mismo -dijo Matías.
Antes de irse a dormir, Matías dejó encima de la mesa tres platos con nueces y tres vasos de leche… para los Reyes.
También llenó tres cubos de agua… para los camellos.
-Matías, hoy tienes que acostarte temprano. Esta noche vienen los Reyes Magos.
-¡No! ¡Yo quiero verlos! -protestó el niño.
- ¿Pero qué dices? ¡Los Reyes no dejan juguetes a los niños que están despiertos! -le advirtió su padre.
- Entonces me voy a la cama ahora mismo -dijo Matías.
Antes de irse a dormir, Matías dejó encima de la mesa tres platos con nueces y tres vasos de leche… para los Reyes.
También llenó tres cubos de agua… para los camellos.
En mitad de la noche, Matías se despertó
con muchas ganas de hacer pis y escuchó una voz que venía del fondo del
pasillo:
-¿Dónde le dejamos el tren, aquí o debajo
de su cama?
Pero el pobre Matías ya no podía aguantar
más.
Saltó de la cama y fue de puntillas por el
pasillo, abrió la puerta del baño con mucho cuidado, levantó la tapa del váter
sin hacer ruido y… el pis hizo ruido, mucho mucho ruido.
Con los ojos llenos de lágrimas, Matías
corrió hacia su cuarto y se metió en la cama.
Pensando pensando, se durmió.
Y, durmiendo durmiendo, soñó…
…que los Reyes le habían traído un montón de carbón negro, muy negro.
Pensando pensando, se durmió.
Y, durmiendo durmiendo, soñó…
…que los Reyes le habían traído un montón de carbón negro, muy negro.
Con las primeras luces de la mañana,
Matías abrió los ojos, saltó de la cama y fue a ver si los Reyes le habián
dejado algo.
Estaban las cáscaras de las nueces, estaban los vasos de leche vacíos, también estaban los tres cubos sin agua.
Pero… ¡no estaba el tren!
Estaban las cáscaras de las nueces, estaban los vasos de leche vacíos, también estaban los tres cubos sin agua.
Pero… ¡no estaba el tren!
De repente se acordó de la voz que había
oído en el pasillo:
-¿Dónde le dejamos el tren, aquí o debajo
de su cama?
Matías se fue corriendo a su cuarto, miró
debajo de la cama y vio algo negro, muy muy negro.
Metió el brazo y sacó una locomotora y tres vagones: el primero rojo, el segundo azul y el último…
Metió el brazo y sacó una locomotora y tres vagones: el primero rojo, el segundo azul y el último…
Matías buscó un cordón para tirar de la
locomotora e inventó una cancioncilla:
Matías ató el cordón a la locomotora y se fue por la casa, tirando de su tren y cantando:
El tren de Matías, chu chu chu
corre por las vías, chucu chucu chu
corre por las vías, chucu chucu chu
Matías ató el cordón a la locomotora y se fue por la casa, tirando de su tren y cantando:
El tren de Matías, chu chu chu
corre por las vías, chucu chucu chu
Fuente: enlavalla.wordpress.com
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